Las Calles y las Plazuelas
La situación de San Miguel en la ladera, anexo a las murallas del Castillo, favoreció su condición de arrabal, presuponiéndose que en un principio fuera el lugar de residencia de los llamados mudéjares. En el siglo XVII San Miguel queda abandonado.
En torno a 1950 familias de escasos recursos se asientan en el barrio aprovechando las cuevas y estructuras que ya estaban creadas, dando lugar a las calles actuales.